Las Barrancas de Burujón

CIRCULARCICA DE EL VASTO

Las barrancas de Burujón, o Cárcavas de Castrejón, constituyen uno de los parajes más bellos y sorprendentes de la provincia de Toledo.

Quienes andamos ya un poco metidos en años, recordamos la peculiar voz de Félix Rodríguez de la Fuente que utilizaba con frecuencia este vocablo.

(-El Halcón Peregrino sobrevuela la cárcava…)

Se trata de imponentes moles arcillosas esculpidas caprichosamente por la erosión fluvial y aérea sobre sedimentos, en este caso de 25 millones de años de edad, lustro arriba o abajo.

Las barrancas de Burujón se encuentran en el término municipal de la localidad toledana del mismo nombre, situada a unos 30 quilómetros de la capital provincial. Dominan y limitan, por el norte, el pantano de Castrejón que embalsa aguas del Tajo y que añade belleza a este singular paisaje, al par que lo convierte en refugio de numerosas aves. Cigüeñas, cormoranes, garzas, ánades, martinetes… Pero, además, este entorno de monte mediterráneo constituye un apropiado hábitat para algunas especies seriamente amenazadas, como el halcón peregrino, el buitre negro, el cernícalo, el búho real y el águila imperial ibérica entre otras.

Abunda en estas laderas la vegetación mediterránea. El tomillo, el romero, la retama, el enebro y la efedra hunden en las arcillas sus raíces ralentizando la erosión.

Abajo, en la ribera, encuentran su lugar los tarayes, carrizos, eneas, sauces etc… que conforman el típico ecosistema de humedal.

Todo esto, y lo sorpresivo que resulta hallarlo aquí, hace que merezca la pena, sin duda, darse un paseo por la “Senda ecológica de las Barrancas”, dotada de varios miradores desde donde podremos disfrutar el magnífico paisaje dominado por el “Pico del Cambrón”.

A ello vamos.

Pinchad en el mapa para ampliar

Pongamos que partimos de Toledo: Tomamos la carretera CM 4000 en dirección a Puebla de Montalbán. Aproximadamente a la altura del quilómetro 26, veremos un cruce con la carretera que va a Burujón, pueblo que queda a nuestra derecha. Ya a la vista de este cruce y unos metros antes de llegar a él, nada más pasar el puente sobre el arroyo Acubillete, veremos un camino que sale a nuestra izquierda. Hemos de abandonar la carretera y tomarlo. Ahí mismo, al inicio de este camino hay una zona de aparcamiento en donde podremos dejar el coche e iniciar la marcha siguiendo las indicaciones, o continuar aún con el vehículo, pues la vía es buena y lo permite.

Hay unos dos quilómetros hasta las barrancas, y, una vez allí, encontraremos otra zona de aparcamiento en un merendero junto al “Mirador de los Enebros”.

Del merendero parte una senda que desciende hacia el agua del pantano. Es la senda de Los Enebros, trayecto corto y fácil que termina en un observatorio de aves acuáticas, desde aquí, y por otras sendas, se puede bajar hasta la superficie del embalse.

Aparte de la mencionada, son diversas las sendas y recorridos que se pueden hacer por este paraje y distintas sus dificultades. Os invito a recorrerlas, descubrirlas a vuestro libre albedrío, disfrutar las magníficas vistas que ofrecen los miradores, y pasar, en definitiva unas gratas y sanas horas en contacto con la naturaleza, que es de lo que se trata.

DIFICULTAD: Variable, dependiendo de los recorridos que hagamos. En general, escasa. PERFIL: El desnivel es de unos cien metros, desde la superficie del agua hasta la cumbre del “Pico del Cambrón”, formación emblemática de este conjunto. FECHA: 21 de Marzo de 2009

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