Club Alpino Eldense: 25 años de historia
Por: Juan Manuel Maestre Carbonell

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Club Alpino Eldense






El Rallye

 

Creo no equivocarme, al asegurar que de todos los acontecimientos ocurridos a lo largo de éste último cuarto de siglo transcurrido, El Rallye Montañero Alpino, ha sido y sigue siendo el principal pilar de unión del “Espíritu del Alpino” . La prueba deportiva en la que, casi con toda seguridad, han participado e incluso colaborado en su organización, todos los socios del Club, en todos los tiempos.

El Rallye nació en las mentes de los fundadores del Alpino, al tiempo que nació la propia sociedad. Se perfiló su estructura durante los primeros meses de 1977 y pretendía ser la tarjeta de visita de nuestra particular forma de entender el montañismo.

Inicialmente, la razón primera fue la de convertir el Rallye en una jornada de examen para socios de reciente ingreso, sobre todas las técnicas desarrolladas a lo largo del último año; Recordareis que he comentado como se organizaban sistemáticamente cursos y marchas de diversas especialidades dentro del montañismo.

Pues bien, el Rallye reunía en una sola prueba todas esas técnicas, salvo la técnica invernal; por razones lógicas. Esta particularidad, casaba perfectamente con la pretensión que tenía la sociedad de facultar convenientemente a los socios de reciente incorporación, ayudándoles a adquirir con prontitud el estatus de Socio Montañero, condición exclusiva del Alpino, inventada por el Alpino y que no tenía parangón en ninguna otra sociedad española.


Detalle parcial del cartel del Rallye de
1983, entregado a los participantes.

Archivo CAE


Ante la prueba especial del Barranco de
la encantada. Rallye de 1993
.
Archivo Juan Vte.


Etapa de Escalada durante
el Rallye de 1993

Archivo Juan Vte


Etapa de Escalada durante el Rallye de
1989.en La Serrella
Archivo Juan Vte.

Ni que decir tiene, que era normal y asumido por todos, aquella “nuestra diferencia”, en otras muchas cosas con respecto al resto de sociedades deportivas de la época. El propio nombre dado a la prueba, respondía más a una competición automovilística que a una prueba montañera; tanto es así, que el primer año, una de las inscripciones primeras que, por supuesto, no aceptamos, fue la de una pareja de participantes que vinieron a inscribir su coche de carreras, por ello decidimos incorporar la expresión “Montañero”, en la inicial denominación Rallye Alpino, y pasó a llamarse como hoy se la conoce “Rallye Montañero Alpino” .

Sin saberlo, ni pretenderlo fuimos pioneros en España en un nuevo concepto de competición al que muchos años después se le dió diversos nombres para finalmente encasillarlos dentro de la expresión de “Multiaventura”, término que por supuesto nadie conocía entonces.


Hoy muchos se preguntan, ¿porque el Rallye Montañero del Alpino sigue teniendo ese algo especial que le hace diferente a otras pruebas? Para responder a esta pregunta, he comprobado que cada cual ofrece un abanico dispar como solución, pero el resumen de fondo lo hallamos siempre en la propia actividad que genera el Rallye, en el estímulo constante de innovar, pero respetando una regla no escrita, pero muy asumida por el Club que intentaré resumir en mi versión:


Hacia la Etapa de Escalada en la
Cresta de Castellets durante el Rallye de 1994

Archivo C.A.E.



Tirolina en la Cresta del Bernia
durante el Rallye de 1990

Archivo Maestre



Etapa de Escalada en el Rallye
Archivo Serrano

No introducir jamás elementos extraños. El Rallye debe seguir una ruta lógica para trasladarse desde un punto a otro de la geografía, aunque el camino sea infernal, salvando cualquier obstáculo: un río, una pared o un abismo. La actividad debe ser constante a lo largo de toda la prueba, salvo el tiempo de descanso. Y la lucha por la clasificación un trabajo en equipo, nunca de forma individual. Y un Rallye jamás ha de suspenderse por causas climatológicas adversas.

Cuando todo ello se logra conjugar en un buen escenario, una buena organización que haga ameno el esfuerzo, combinando el tiempo de exigencia física y un ambiente activo y cordial, nos damos cuenta que reeditamos los mejores momentos que el Alpinismo tradicional entraña:
Riesgo y Pericia para superarlo, Esfuerzo y Constancia para lograrlo, y Camaradería y Cordialidad para combatir todo lo anterior.

A lo largo de las 24 ediciones transcurridas, un hombre del Alpino ha sido el referente; muchas veces organizador, Coordinador, Director o como queramos llamarle, pero resulta indudable que ese espíritu que el Rallye desprende, ha tenido a lo largo del tiempo un singular guardián en la persona de Miguel Verdú, hoy indiscutible “Alma Mater” de esta prueba, en la que, naturalmente en esta próxima 25 edición, es también su Director.

Desde el primero hasta el último, los Rallyes han contado con continuas innovaciones y renovados sistemas de clasificación buscando una mayor objetividad en la rivalidad entre montañeros y escaladores, montañeros técnicos y andarines, gentes rápidas y regulares. El secreto es siempre la media, el final aceptado: El Montañero Completo.

 


Etapa nocturna del Rallye de 1988 en
el Benicadell
. Archivo Serrano.



Tirolina durante el Rallye celebrado en el
Barranco de la Encantada -1993

Archivo C.A.E
.



Miguel Verdú, Indiscutible “Alma Mater”
de la prueba del Rallye Alpino

Archivo Juan Vte



No resultó efectivo el ordenador en el Rallye. Hay
cosas que a mano resultan más sencillas

Archivo CAE

Más de 2300 inscripciones. en las 24 ediciones anteriores, 75 sociedades distintas y 24 equipos ganadores, son el respaldo de esta genuina prueba que no tiene parangón en todo el territorio Nacional y es pionera en su especialidad.


También a lo largo del tiempo, algunas sociedades montañeras han intentado la realización de pruebas de similares características sin continuidad, y en algún que otro caso, incluso no llegó a finalizar la misma prueba, lo cual puede dar una muestra de la complejidad operativa del Rallye.


Equipo ganador del Rallye de 1994. Mixto: Grupo Scout Agazos y CAE. Carlos Cirugeda - Agazos y José L. Martínez y Juan C. Olivares del CAE.
Archivo CAE

 

 

 


Prueba Especial en el Barranco de la Encantada. Rallye de 1993
Archivo CAE

La 25 edición del Rallye Montañero Alpino, retorna al origen de los Rasos de Catí como lugar de concentración para el Campamento Vivac, recordando que fue en este mismo lugar, donde se celebró el primer campamento del Club Alpino Eldense, recién fundado.

Los Rasos de Catí, zona de
Campamento-Vivac del 25 Rallye Alpino
.
Archivo Serrano




Conclusiones

Cartel de la Semana Cultural celebrada con motivo
del 25 aniversario del Culb Alpino Eldense


25 años son muchos. En la sociedad española y en el Montañismo, se han producido cambios sustanciales a los que el Club Alpino ha sabido adaptarse sin perder su esencia primera y natural.
El Alpino nació de un Grupo de Escalada con vocación de Alpinistas, y la escalada sigue siendo hoy la actividad mayoritaria de todos sus socios; lo mismo que el Alpinismo continúa siendo su máxima aspiración.

Hemos resistido a muchas modas deportivas en la Comunidad montañera. Novedosas actividades con tentadoras posibilidades de crecimiento social y a la postre económico; y cito algunas a las que voluntariamente hemos rechazado, como son, el Esquí de Pista, Parapente, Mountain Bike, Carreras de Montaña o incluso rehabilitación de senderos de diverso recorrido, que tan pingües beneficios reportan a los avispados montañeros, con la consiguiente aportación económica que supone una masa de deportistas adultos con un mayor poder adquisitivo.

Nunca se puede asegurar que el futuro no depare al Alpino este tipo de caminos, pues las personas cambian, pero lo que ya es un hecho, ha sido este cuarto de siglo recorrido con el mismo “Espíritu” . “El espíritu del Alpino”.
Somos conscientes de ser casi una isla en el panorama actual de sociedades montañeras; una minoría que reivindica este mismo derecho, desde el orgullo de seguir fieles a los valores éticos y humanos del Alpinismo y os aseguro que no es fácil en el tiempo actual.

 


Serrano escalando en la zona de Chulilla
Archivo: Serrano



Cordada del Alpino en el Pirineo
Archivo: Serrano



Un bello atardecer
Archivo: CAE

 

No es fácil, pero que nadie piense que el Alpino se asienta sobre precarias bases ideológicas o arcaicas teorías; nada más lejos de la realidad, hoy el Alpino se asienta sobre un robusto Trípode que sustenta toda su actividad deportiva y social:
Los diversos Cursos de formación perfectamente consolidados constituyen la base social desde la que arranca una de las patas del mencionado trípode sobre el que se asienta toda la ideología del Club: “La Aventura”.


Difusión y Formación, junto a Tecnificación y Preparación, desembocan en Logros Deportivos. O lo que es lo mismo: Cursos de Iniciación, más cursos técnicos y actividades, son el caldo de cultivo para las aspiraciones internacionales: “Las Expediciones”. Tres patas de un trípode:
Una: Formación continua y constante.
Dos: Tecnificación mediante actividad continuada y Tres: Las expediciones, como máximo exponente de la propia aspiración deportiva.

Las tres patas de ese trípode, se sujetan firmemente por una sólida cabeza que combina esfuerzos y une voluntades en un entorno social netamente deportivo. Y pura y exclusivamente montañero; atadura moral, ética y deportiva de total y absoluta sencillez y naturalidad.


Atardecer en el Campamento
Archivo CAE


Juanele Serrano escalando en Chulilla
Archivo: Serrano


Atardecer en un campamento en el Aconcagua
Archivo: Serrano


Si me preguntáis donde esta el secreto, no me andaré por las ramas para deciros dos cosas:


En un par de estos


 

 

Y un equipo de gente
seria y formal

 

 

 

A lo largo de este relato de hechos que ya termino y que ha sido necesariamente largo a pesar de haberme ceñido a puntuales y extraordinarios acontecimientos deportivos y sociales, espero que hayáis podido adivinar, el esfuerzo, la ilusión, el sacrificio a veces extraordinario, Los enfados y cabreos, Las tensiones sociales, La voluntad sin límites, La sinceridad, El Compañerismo, La alegría, La motivación... Sensaciones todas que están implícitas en el ser humano y que el montañismo es capaz de aflorar como ningún otro deporte.

La suma de todas estas sensaciones es para mí, el Alpino. Un sueño de Juventud que prevalece incorrupto a pesar del tiempo. El sueño de unos eldenses, hombres y mujeres a los que un día tuve el honor de unirme en cordada.

Cierro estos apuntes y os emplazo aquí mismo dentro de otros 25 años, pues asevero, que lo logrado es ya historia, pero seguir, en la misma línea, es desde este mismo momento “el reto”.



Lo que hay que tener
Archivo: Maestre



Una noche en Sierra Nevada, Verdú,
Serrano y Andrés Jurado

Archivo: Maestre


Ante los nuevos tiempos en el amanecer nebuloso de un nuevo periodo,
permanecer siendo “Alpino”
sigue siendo el reto

Archivo: Serrano


Finalizada la Proyección
Se entregaron copias de este texto a:

Club Alpino Eldense
Octavio López Lorente
Daniel Esteve Poveda



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